La estrecha relación entre universidad y sociedad por la transferencia de conocimiento, el papel de la inteligencia artificial (IA) y las universidades híbridas innovadoras constituyen los apartados principales del noveno monográfico que Nueva Revista dedica a la universidad, Universidad 2025.
Los dieciséis artículos que componen el número, coordinado por el presidente de UNIR, Rafael Puyol, se reparten en tres bloques que se ocupan de sendas facetas del asunto: la Universidad como generadora de conocimiento, la presencia en ella de la IA, y el caso particular de las universidades híbridas innovadoras. El primer bloque procede, como viene siendo habitual en estos monográficos, de un ciclo de conferencias dedicado a ese tema organizado por UNIR en 2024. Dando por supuesta la importancia de la transferencia del conocimiento a la sociedad, los artículos de este apartado señalan las deficiencias que la Universidad española presenta a este respecto (básicamente, el desequilibrio entre una investigación de buen nivel y una insuficiente transmisión de sus resultados) y aportan sugerencias y posibles soluciones. Por ejemplo, como sostiene el profesor Salustiano Mato, trasladar a la transferencia los incentivos que se aplican a la investigación. Otras propuestas son la cualificación y recualificación del capital humano, tema del artículo de Antonio Peñafiel; la creación de ecosistemas de innovación a través de la proximidad física entre universidades y empresas, como propone Juan Vicente Capella; o los cambios normativos y regulatorios que analizan Jose Julián Garde y Jose Guimón.
El segundo apartado del monográfico se centra en el papel de la IA en la formación universitaria, tanto entre estudiantes como en el profesorado. Esa revolución –que no hay que esperarla, porque ya está aquí– afecta a todos los aspectos de la formación: desde la actividad y metodología docentes hasta la investigación. Y, como todas las revoluciones, presenta simultáneamente desafíos y oportunidades. Entre las segundas, destaca la posibilidad de la personalización del aprendizaje, tema del artículo de Francisco José García-Peñalvo, o la redefinición del rol docente, que va más allá de la mera enseñanza, como expone Leire Nuere Salgado. Por otra parte, el impacto de la IA es especialmente patente en sectores como el financiero o la tecnología de la información como muestra el análisis de Víctor Robles y Ernestina Menasalvas, y afecta por igual a la enseñanza presencial y a la enseñanza en línea tema que abordan Alejandra Casis y Óscar Sanjuán. Y, desde luego, un ámbito que se ve claramente afectado, para bien, es el de la investigación, como evidencia el estudio de Enrique Herrera Viedma que expone cómo la IA permite acelerar enormemente procesos como los análisis de datos y la simulación de fenómenos complejos en áreas tan relevantes como la medicina. Finalmente, la perspectiva ética y humanística debe ser indisociable del uso de una tecnología tan potente como la IA. El profesor Daniel Burgos se ocupa de este delicado e imprescindible asunto.
El último bloque lo componen una serie de proyectos internacionales innovadores en enseñanza híbrida o flexible (presencial y digital a la vez, lo que permite combinar la dimensión local con la internacional). Son el Tecnológico de Monterrey, la Charles Sturt University de Australia, la Tomorrow University de Alemania y la Southern New Hampshire University de EE. UU. Algunos logros de estos modelos son la atracción de estudiantes en un número mucho mayor al de la población local de la universidad, el acompañamiento a los alumnos más allá de su vida universitaria o una especial integración en la sociedad a la que pertenecen, ayudando a resolver sus necesidades específicas.
El monográfico se cierra con un diálogo entre Álvaro Sanmartín Cid, director de Minds Studios, y Noah Pickus, rector asociado de Duke Kunshan University en China, sobre las universidades globales. Partiendo de la premisa de que es mucho más difícil fundar una universidad que una empresa, ambos reflexionan acerca de la necesidad de que las nuevas universidades, junto con las tradicionales, colaboren en la creación de ecosistemas de apoyo mutuo y aprendizaje compartido.