La más popular de las obras del poeta sevillano forma parte de la conciencia colectiva literaria del país. Hasta hace muy escaso tiempo era difícil hallar a alguien con mínima cultura que no conociera y pudiera repetir algunos de sus versos más famosos. Cuando se llega a tal grado de empatía entre creador y público, el fenómeno responde siempre en buena parte al talento del autor de haber dado expresión a sentimientos muy hondos del espíritu y talante de las sociedades y de las mujeres y hombres que las integran. Para el gran público, Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) es el vate romántico por excelencia, en cuya obra los temas claves de dicho movimiento cultural y artístico se explanan con mayor precisión y acuidad. La visión de la muerte, la obsesión, por lo demás tan española, de lo tanático, de lo fugaz y perecedero, ocupan el lugar central en las Rimas. Escoltada por la nostalgia y la melancolía, es lógico que la opinión general identifique esta obra becqueriana con el canto a lo efímero y la vanagloria de todas las realizaciones humanas, por grandiosas que a primera vista sean. Poesía, sin embargo, de muy honda complejidad no obstante su aparente sencillez formal, la vertida en las Rimas es objeto de continuos estudios y controversias entre los investigadores, unánimes, empero, en la estima de su autor como uno de los cuatro o cinco más importantes de la contemporaneidad española.
Rimas (Gustavo Adolfo Bécquer)
