La herencia y el futuro

"Hacia otra economía española" es un libro sugerente, en donde se nos recuerda a todos los españoles que todo país que ignore su historia está condenado a repetirla y que el futuro no se vislumbra, sino que se hace. En ese sentido, el profesor Velarde argumenta que es necesario reorientar la economía española hacia sendas de mayor desarrollo y bienestar.

La caja de cambios de la historia

Este libro recoge las Actas de las "V Conversaciones Internacionales de Historia", celebradas en la Universidad de Navarra en 1993, donde sociólogos, filósofos, antropólogos y, sobre todo, historiadores, contribuyeron con sus reflexiones con un objetivo común: unir sus esfuerzos en un programa de máximos centrado en la posibilidad de la historia universal.

Austria en el scanner

Antonio Fontán ofrece una introducción al libro "La crisis de Austria" de Otto Schulmeister, que en su opinión "contiene unas estampas de la realidad austríaca vista por uno de sus más lúcidos estudiosos, que, además, vive sus problemas con el alma".

La libertad era esto

"La libertad" de Ignacio Vidal-Folch nos sitúa en un Bucarest derrumbado por el régimen del dictador Ceaussescu. Sin embargo, no se trata de un relato político ni histórico, sino sobre sueños, decepciones, deslealtades y afectos.

Intelectuales y/o científicos

Nos encontramos ante un conjunto de más de veinte ensayos, distribuidos en cinco partes, en las que diversos físicos, evolucionistas, biólogos, informáticos, psicólogos y un filósofo discuten una serie de cuestiones fundamentales, que podríamos agrupar en tres grandes temas: el origen del universo, de la vida y de la mente.

Más allá de Nietzsche

Pau Arnau hace una lectura crítica del libro del filósofo italiano, «Filosofía de la expresión», donde dialoga no siempre de una manera explícita con Nietzsche, Schopenhauer, Platón, Aristóteles y los filósofos arcaicos, en busca de la restitución del verbo oral.

Miguel de Cervantes Multimedia

El equipo de investigación del estudio de planificación lingüística "La lengua española en las autopistas de la información" está formado por ocho personas, dirigidas por el catedrático de Universidad Francisco Marcos Marín. El objetivo del trabajo es señalar las oportunidades y los riesgos del español en el nuevo entorno de la comunicación multimedia.

Financiero, Mecenas, Estadista sin Estado

Alfonso López Perona ofrece una sereña del libro "Soros on Soros. Staying Ahead of the Curve" publicado por la editorial John Wiley and Sons, en 1995.

Walker Percy y el otro héroe de la novela postmoderna

Manuel Fontán del Junco comenta la vida y obra del escritor estadounidense Walker Percy, y comenta que "Percy dispuso a sus personajes en un mundo que nos resulta reconocible aún, aunque hoy nuestra conciencia acerca de él haya perdido virulencia pesimista: el mundo en el que los ideales de la modernidad han sido desmentidos en parte por horrores como dos guerras mundiales".

Notas para una novela acerca del fin del mundo

Una novela seria sobre la destrucción de los Estados Unidos y el fin del mundo cumpliría la misma función que una profecía al revés. El novelista escribiría sobre el fin venidero, con el propósito de advertir sobre los males del presente y poder evitar aquél. A pesar de que Dios no le haya elegido para que haga de profeta, tendría que fingir una cierta presciencia: si el novelista no creyera estar viendo algo que los demás no ven (o al menos algo a lo que no prestan mucha atención), estaría malgastando su tiempo escribiendo y la gente lo estaría perdiendo si le leyera.Eso no quiere decir que él sea más sabio que sus lectores; al contrario: puede que su visión solo se distinga de la de los demás porque le aqueja una especie de aflicción, que le separa de ellos y le concede un punto de vista singular sobre lo que está ocurriendo, del mismo modo que un herido tiene una perspectiva de la batalla más clara que la de quienes continúan peleando.Quizá el novelista se parezca, más que a un profeta, a un canario de aquellos que los mineros solían bajar consigo a las galerías para que les advirtiera a tiempo de la presencia de gas en el ambiente: si el pájaro se inquietaba, piaba lastimeramente y se desplomaba, los mineros entendían que había llegado el momento de escapar a la superficie y ponerse a reconsiderar las cosas.Pero puede que sea necesario definir en primer lugar el tipo de novela y el tipo de novelista en los que estoy pensando.ICon la expresión "una novela sobre el fin del mundo" no me estoy refiriendo a una fantasía como las de Wells o a una de esas películas de ciencia ficción que pasan por la TV en la última sesión. La novela a la que me refiero no pretendería predecir la inminente devastación del mundo, y ni siquiera estaría interesada en las posibilidades de destrucción física, tan reales en nuestra época. (No se fijaría en cosas como, por ejemplo, que cada uno de los aproximadamente noventa submarinos nucleares norteamericanos lleva dieciséis misiles Polaris, cada uno de ellos con una capacidad destructiva igual a todas las bombas lanzadas durante la Segunda Guerra Mundial). Al tipo de novelista al que me refiero le preocuparían otros signos. Signos que, interpretados correctamente, estarían anunciando otro tipo de peligros.Y aquí es donde el novelista tiende a disentir del público en general. Porque mientras parece justo afirmar que la mayoría de la gente es optimista a la hora de hacer juicios o, mejor dicho, que su pesimismo se debe a razones específicas (del tipo: "si los estudiantes, los negros y los comunistas se portasen bien, las cosas no irían tan mal"), la percepción de lo que está pasando que tiene ese novelista parece apuntar a algo más radical, algo que no puede explicarse echando mano de simples males particulares como el racismo, Vietnam o la inflación. De modo que lo que hay que plantearse es si...

Luis Marañón, In memorian. Remitido

Amando de Miguel rememora a Luis Marañón, y qué mejor forma de hacerlo que reproduciendo uno de sus cuentos: "Remitido".

Gabriel Ferrater

Luis Alberto de Cuenca introduce al poeta Gabriel Ferrater y reproduce su poema "By Natural Piety" traducido al español.

Las vidas públicas

José Manuel Cuenca Torinio ofrece un recorrido por la vida del político y ensayista Jean-Fraçois Deniau, y se detiene especialmente en sus "Mémoires de 7 vies".

Lo real y sus modelos

El profesor Sixto Ríos, catedrático de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Complutense de Madrid, que a lo largo de su vida ha publicado multitud estudios sobre distintas cuestiones matemáticas, nos presenta ahora su último libro, en el que se aborda el problema de la modelización: el proceso mediante el que una situación o un fenómeno real es susceptible de ser reducido a sus líneas y relaciones más importantes a fin de ser mejor comprendido y, como consecuencia, se puedan resolver y explicar los problemas que plantee.

Un plan por los suelos

El urbanismo, tal y como fue concebido en el año 1956 con la primera Ley del Suelo, representa hoy para todos un problema de primera magnitud en el ámbito político, económico, social y, por supuesto, también jurídico.

¿Mas vale maña que ciencia?

El libro "Historia de la tecnología" está basado en las clases y seminarios realizados durante 25 años en el Institute of Science and Technology de la Universidad de Manchester. El profesor Donald Cardwell se plantea las relaciones entre ciencia y tecnología.

La maravillosa Argentina

La República Argentina no es menos misteriosa para mí que mi propia vida o que el universo. Hacer comprender a los otros lo que uno mismo no comprende es muy arduo o, mejor dicho, es imposible. Ensayaré una breve reseña de carácter histórico.La conquista no ofrece mayores dificultades. Como ha señalado Macaulay, fue un triunfo de la técnica. Si de un lado hay lanzas y del otro hay armas de fuego y caballos, el resultado es previsible y fatal. La llanura, que los hombres de letras llaman la Pampa, estaba casi despoblada. La recorrían pobres tribus de nómadas. A los territorios del Norte ya había llegado el vasto imperio incásico, que dejó algún pucará a los arqueólogos. Lo más interesante de aquel período fue la teocracia comunista que la Compañía de Jesús fundó en las misiones y que estudiarían mucho después Lugones y Groussac.A la dura Guerra de la Independencia siguieron duros decenios de anarquía. Las dictaduras militares han constituido una de las malas costumbres de nuestro continente. Básteme recordar los apodos terroríficos y locales del Protector de los Pueblos Libres, del Supremo, del Supremo Entrerriano, del Patriarca de la Federación, del Tigre de los Llanos, del Restaurador de las Leyes, del Gran Ciudadano y, más cercanos en el tiempo, del Primer Trabajador y del Hada Rubia.Dada la ausencia de metales preciosos y codiciables, el Virreinato del Río de la Plata fue acaso el más modesto de todos; a fines del siglo diecinueve y a principios del veinte, la República Argentina fue fácilmente la primera de la América del Sur. Hay personas en Lima o en Bogotá que piensan en la calle Corrientes o en el Abasto como nosotros, antes, pensábamos en el Barrio Latino o en la Isla de San Luis. Tratemos de ser dignos de esa dilatada nostalgia.El azar o el destino (ambas palabras son acaso sinónimas) nos depararon grandes beneficios. Un territorio generoso y diverso, extensos ríos navegables, un clima casi nunca impiadoso, una incesante inmigración extranjera, una buena tradición cultural, el hábito de las letras y de las artes, la vasta sombra de Sarmiento, son mercedes que debemos agradecer. He hablado de las letras. Quizá no huelgue recordar que la más renovadora de las escuelas de la literatura castellana, el modernismo, surge en esta ribera del Atlántico y que una de sus capitales fue Buenos Aires. Surge a la gran sombra de Hugo, de Verlaine y de Edgar Alian Poe; contra toda geografía, estábamos más cerca de Francia que los españoles.A diferencia de otras repúblicas, donde solo hay ricos y pobres hay, o hubo, en la nuestra, una abundante clase media, que es la que define un país. N o hay problemas o pseudoproblemas raciales. La Conquista del Desierto, lo que se llama en los Estados Unidos the winning of the West, tuvo fin hacia 1880. Durante la primera década de este siglo, los negros eran cosa frecuente en Buenos Aires. Curiosamente se creían indígenas; nadie los consideraba extranjeros y no sabían que eran de...

El humor libre

Entre las obras de Shaftesbury dos son especialmente relevantes: la "Carta sobre el entusiasmo" (1708) y "Sensus communis. Ensayo sobre la libertad de ingenio y humor" (1709). Agustín Andreu, investigador del CSIC, ha editado "Sensus communis" con un excelente aparato de notas y una documentada introducción.

Mijail Bajtín, una voz por encima del coro

[ Luis Beltrán Almería y Manuel Fontán del Junco ]

Nota de un mal lector

Ortega continuó la labor por Unamuno, que fue de enriquecer, ahondar y ensanchar el diálogo español. Este, durante el siglo pasado, casi no se aplicaba a otra cosa que a la reivindicación colérica o lastimera; su tarea habitual era probar que algún español ya había hecho lo que después hizo un francés con aplauso. A la mediocridad de la materia correspondía la mediocridad de la forma; se afirmaba la primacía del castellano y al mismo tiempo se quería reducirlo a los idiotismos recopilados en el Cuento de cuentos y al fatigoso refranero de Sancho. Así, de paradójico modo, los literatos españoles buscarón la grandeza del español en las aldeanerías y fruslerías rechazadas por Cervantes y por Quevedo... Unamuno y Ortega trajeron otros temas y otro lenguaje. Miraron con sincera curiosidad el ayer y el hoy y los problemas y perplejidades eternos de la filosofía. ¿Cómo no agradecer esta obra benéfica, útil a España y a cuantos compartimos su idioma?A lo largo de los años, he frecuentado los libros de Unamuno y con ellos he acabado por establecer, pese a las "imperfectas simpatías" de que Charles Lamb habló, una relación parecida a la amistad. N o he merecido esa relación con los libros de Ortega. Algo me apartó siempre de su lectura, algo me impidió superar los índices y los párrafos iniciales. Sospecho que el obstáculo era su estilo. Ortega, hombre de lecturas abstractas y de disciplina dialéctica, se dejaba embelesar por los artificios más triviales de la literatura que evidentemente conocía poco, y los prodigaba en su obra. Hay mentes que proceden por imágenes (Chesterton, Hugo) y otras por la vía silogística y lógica (Spinoza, Bradley). Ortega no se resignó a no salir de esta segunda categoría, y algo —modestia o vanidad o afán de aventura— lo movió a exornar sus razones con inconvincentes y superficiales metáforas. En Unamuno no incomoda el mal gusto, porque está justificado y como arrebatado por la pasión; el de Ortega, como el de Baltasar Gracián, es menos tolerable, porque ha sido fabricado en frío.Los estoicos declararon que el universo forma un solo organismo; es harto posible que yo, por obra de la secreta simpatía que une a todas sus partes, deba algo o mucho a Ortega y Gasset, cuyos volúmenes apenas he hojeado.Cuarenta años de experiencia me han enseñado que, en general, los otros tienen razón. Alguna vez juzgué inexplicable que las generaciones de los hombres veneraran a Cervantes y no a Quevedo; hoy no veo nada misterioso en tal preferencia. Quizá algún día no me parecerá misteriosa la fama que hoy consagra a Ortega y Gasset.