Voto particular

Reproducimos a continuación el voto particular que formuló don Rafael de Mendizábal Allende, Magistrado del Tribunal Constitucional, respecto de la Sentencia a la que está dedicada esta sección.

Definición y defensa de la Filosofía

Eugenio Trías, autor de La razón fronteriza (Barcelona, 1999), explica en este ensayo por qué su «filosofía del límite» puede llegar a zarandear las creencias que sirven de cobijo al hombre contemporáneo.

Recuperación de Pushkin

Italo Calvino, entre otras muchas definiciones de clásico, da una que viene a señalar que es aquél que nunca decimos que estamos leyendo por primera vez, sino releyendo. Por encima de la ironía, acaso lo que sucede con los clásicos es que, cuando los leemos, incluso por primera vez, parece que ya los hubiéramos leído antes, pues descubrimos que son imprescindibles y comprendemos que estaban ahí a pesar de nuestro desconocimiento, que la historia de la literatura no podría ser la misma sin ellos, y que si despojásemos a la literatura de lo superfluo, quedarían ellos, como la sustancia segura de todo. Sin embargo, la excesiva presión de la novedad, y la penetración en el mundo editorial de la perspectiva uniformizadora de un marketing que trata igual a los libros que a otros productos, sometiéndolos a rápidos plazos de caducidad, acaban desplazando de las librerías a los clásicos, que son sustituidos por libros de temporada, de vida efímera. Muchos clásicos acaban así desapareciendo del tráfico regular y hasta de los catálogos, y superviviendo apenas, en el mejor de los casos, en versiones que se ofrecen en colecciones marginales destinadas a los saldos, sin garantías de edición ni traducción. Por eso suelen ser acertadas las conmemoraciones de nacimientos o muertes de autores literarios —como lo son ciertas versiones cinematográficas de sus obras—, ya que suscitan al menos la posibilidad de una recuperación editorial. Este año, uno de los autores cuyo nacimiento se celebra es Aleksandr Pushkin, considerado como el creador de la moderna literatura rusa. Todo en Pushkin fue novelesco, su profundo sentido romántico de la libertad, su simpatía por los caídos y oprimidos, y hasta su muerte, en un duelo de honor, a los 36 años. Pero lo que sorprende sobre todo de él, es la capacidad y el talento con que, en su breve vida, realizó una obra literaria tan diversa y original. En Pushkin se conjugó de modo peculiar el sentido de su cultura nacional con una idea cosmopolita de la expresión literaria. En un tiempo en que en Rusia era el francés la lengua de cultura, empleó sus esfuerzos creadores en dar a la lengua rusa la dimensión literaria que merecía, pero los asuntos de la moda romántica que estimularon su imaginación, la influencia de los grandes contemporáneos y de otros clásicos, no le hicieron perder la sensibilidad frente a su mundo cotidiano, y hasta supo compaginar lo que pudiéramos llamar la literatura culta con el aprecio por los cuentos y las leyendas populares de su recuerdo infantil. Acaso en la sensibilidad que permanece la conciencia certera de su propio mestizaje, heredero como era, a la vez, de antiguas gentes rusas y de un esclavo abisinio, luego liberado, del zar Pedro el Grande. La aparición en nuestras librerías de dos libros suyos (Relatos del difunto Iván Petróvich Belkin, Ediciones Altera, y La hija del capitán, Alianza Editorial), supone la recuperación, en óptimas condiciones —tanto la edición, como el castellano en que las ha traducido Ricardo San Vicente, son excelentes—, de parte...

El emperador del aire

Hace diez años, Ethan Canin (Michigan, 1960) se convirtió en una de las grandes promesas de las letras estadounidenses al publicar su primer volumen de cuentos. La colección, traducida al castellano inicialmente como El emperador celeste (Versal), ha sido felizmente reeditada ahora con un título ligeramente distinto, El emperador del aire (Emecé). Entretanto, Canin ha confirmado su talento con la novela Blue River (Emecé) y muy especialmente con El ladrón de palacio (Anagrama), conjunto magistral de cuatro relatos largos que suponen la entrega más destacada del autor hasta la fecha.Canin, desde esta su primera obra, muestra afinidad con esa pródiga corriente narrativa estadounidense de corte realista que, en esta segunda mitad de siglo, ha inquirido en la insatisfacción del individuo de clase media acomodada, en el malestar que experimenta el americano adulto —sobre todo el varón— a la hora de adaptarse a los modos actuales de vida y a las instituciones sobre las que tradicionalmente ha descansado la vida en sociedad, muy en especial sobre el matrimonio y la familia.Dada la ingente cantidad de autores que transitan por estas latitudes, cabría preguntarse si no se trata de otro autor mimético, atrapado como tantos en las voces de los Updike, Ford o Carver. Felizmente, Canin ha encontrado una mirada personal sobre el incómodo estado de las cosas, misterioso e insondable al mismo tiempo, como lo es la naturaleza de cada hombre. Ahí es adonde apunta Canin, a la incapacidad de los miembros de una determinada sociedad —fácilmente reconocible— para establecer vínculos estrechos entre ellos a pesar de los años y del parentesco, a la imposibilidad, en un padre: son acontecimientos soterrados que marcan la vida cotidiana, definitiva, de ser reconocido por los otros, incluso por los más cercanos.Los personajes de El emperador del aire se han acostumbrado a vivir en soledad, son fríos, indolentes, parcos en palabras. Canin se muestra fascinado por la relación de los padres y los hijos, por la enclenque herencia que se transmite de unos a otros, por los extraños y en apariencia minúsculos desequilibrios del comportamiento que padecen, válvulas de escape que liberan las presiones familiares y sociales, y que facilitan la adaptación al grupo. Salvo en el primero de los cuentos, Canin evita la empatia del lector con los protagonistas, los mantiene aislados, no conoce todavía —a juzgar por lo mostrado en el posterior El ladrón de palacio— la calidez de lo cómico, la redentora intervención del humor.Un velado examen de conciencia parece recorrer el interior de estos personajes. La vejez, la infidelidad, la enfermedad, la muerte de hechos asumidos que, sin embargo, despiertan inconscientemente la necesidad de explicarse uno mismo, de repasar la propia historia, de preguntarse qué se ha hecho de la vida, si queda entre tanto paso en falso algún minúsculo hecho heroico que la redima.Los lectores de El ladrón de palacio echarán de menos en este libro de iniciación la caricatura, la incursión de personajes tan queridos como ridículos en las situaciones más disparatadas. Sin embargo, cualquier lector advertirá la...

Valdemaús

A Enrique Álvarez

Borges y el mundo clasico

Borges y el mundo clásico La literatura de Borges es deudora de los mitos y personajes aportadospor la cultura grecolatina. El artículo de Luis Alberto de Cuenca bucea en esas influencias, entre las que sobresalen nombres propíos como Heráclito el oscuro, el gran Virgilio y, sobre todos, Ulises, el héroe de las mil caras de la Antigüedad Clásica, por quien Borges siente una especial veneración.

Apuntes Parlamentarios

Apuntes Parlamentarios es el modesto título con el que Víctor Márquez Reviriego nos presenta un extraordinario libro. Su lectura nos zambulle en el río de la historia de nuestra democracia. Lo hace en su cauce más definido, el Parlamento, y en un tramo tan pleno de interés como es el de su nacimiento. Esto le da un mayor atractivo. Sus páginas son un apasionante ejercicio de rafting sobre las aguas vigorosas de nuestra vida política. Sus recodos, riscos y rápidos —propios de las aguas de alta montaña— son recorridos con soltura de ganchero experto, crónica tras crónica, por el autor. La metáfora la aplica él mismo a los diputados constituyentes, a los que llama gancheros en las aguas del concenso.Prueba de la buena salud de nuestra democracia es que un periodista tan libre y tan dotado de juicio crítico como el autor pueda sentirse como en su propia casa en la casa de la democracia, el Parlamento. Así lo demuestra en todas las crónicas parlamentarias que con acierto se compilan en este libro.La crónica parlamentaria bien hecha, y es el caso, es siempre una fuente de extraordinario valor historiográfico para escribir la historia política y social de un país. El siglo XIX español es buen ejemplo de ello. No es posible tener cabal conocimiento de tantos episodios, de una u otra índole, como protagonizamos en el siglo de las Constituciones, sin aludir a las crónicas parlamentarias de la época.Las nuevas tecnologías de la información, la inmediatez de la noticia, podían hacer creer que la crónica ya no es tan importante. Debiera ser lo contrario. La abundancia de mercancía, de información, requiere lo que se denomina en las redes de comunicación, un «navegador». Este es el papel que con inteligencia, picardía y perspicacia realiza magistralmente Víctor Márquez Reviriego para ayudar al lector a seguir el hilo de una etapa crucial de nuestra historia.Dotado de una intensa sensibilidad democrática, el autor pone el acento en la anécdota que sirve para ilustrar o realzar un comportamiento, un valor o una coordenada clara de nuestra transición. Es fácil hacer un repaso rápido de algunos ejemplos. La amargura de las «dos Españas» enfrentadas se supera con la democracia, asentada en un sólido pacto de reconciliación, de no dejar fijar la vista atrás. La expresión más gráfica está en el Congreso de los Diputados recién designado por primera vez en unas elecciones democráticas y libres en la sesión celebrada el 13 de julio de 1977. Este día se inauguran las Cortes Democráticas. En la mesa de la Presidencia, por razón de edad, ocupa lugar destacado Dolores Ibarruri. «Las dos Españas se han reconciliado y pueden vivir en paz». Será tan solo dos años después cuando la otra cámara, el Senado, adopte una resolución absolutamente impensable unos meses antes. En efecto, en septiembre de 1979 se reconoce pensiones a los familiares de fallecidos en el lado republicano. Esta decisión es más, mucho más, que la expresión contable de la reconciliación.La elaboración de la Constitución, sus trabajos,...

Juan Ramón de viva voz

Reseña del libro "Juan Ramón de viva voz" de Juan Guerrero Ruiz.

Himnos tardíos

Reseña del libro "Himnos tardíos" de Jaime Siles.

Las cosas del campo

Se trata de una crítica al libro de José Antonio Muñoz Rojas "Las cosas del campo" y a su propia persona.

Los cuarenta principales, antologia poética 1975, 1994

Sobre el libro "Los cuarenta principales. Antología poética 1975-1994" de Vicente Sabido.

Thomas Stearns Eliot, Cuatro cuartetos

Four Quartets, Faber & Faber, Londres 1944.

EDICIONES EN ESPAÑA: Vicente Gaos, Cuatro Cuartetos, Col. Adonais, Rialp, Madrid, 1951; y Barral Editores, Barcelona, 1970. José María Valverde, T. S. Eliot. Poesías reunidas 1909/1962, Alianza Editorial, Madrid, 1a:1978, 5a: 1989. Esteban Pujáis Gesalí, T. S. Eliot. Cuatro cuartetos, Cátedra, Madrid, 1a: 1987, 2a: 1992. José Emilio Pacheco, T. S. Eliot. Cuatro Cuartetos, El Colegio Nacional / FCE, México, 1989.

Un poema inacabado de Enrique Jardiel Poncela

Sobre la poesía de Enrique Jardiel Poncela y una breve reseña de su vida.

Dos sonetos del Conde Salinas

El historiador e hispanista británico Trevor J. Dadson (1947-2020) estudió la obra de importantes poetas del Siglo de Oro: los hermanos Lupercio Leonardo y Bartolomé Leonardo de Argensola o el conde de Salinas, del que reproducimos dos sonetos.

Después de la soberanía

«Potestas absoluta non potest dari in República política, et bene ordinata».
Antonio Lanario, Repetitiones feudales, cit. por A/uso,
¿Después del Leviathan?,Madrid, 1998 , 2º ed., p. 177

«La positividad significa que lo jurídicamente posible no tiene límite alguno, ni temporal, ni social, ni material. Dicho en otros términos:
la positividad expresa para el ordenamiento jurídico lo que la teoría política conceptualiza como soberanía».

De Otto, Derecho Constitucional. Sistema de fuentes, Barcelona, 1987, p.22

El poder y sus hombres

Nos habla de el libro de José Manuel Cuenca Toribio y Soledad Miranda García, ""El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles?.

Por qué estas cosas y no otras

Se hace referencia a un relato de Ignacio Vidal-Folch que tiene lugar en la época de la plaga de peste de finales del siglo XVI.

Hacia otra luz más pura

Sobre la nueva entrega de la producción poética de Miguel d'Ors "Hacia otra luz más pura".

Pulitzer

Acerca de este interesante trabajo de investigación, el libro de José Javier Sánchez Aranda "Pulitzer. Luces y sombras en la vida de un periodista genial".

El dinosaurio de Monterroso

Sobre la interpretación del microcuento "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí" del escritor guatemalteco Augusto Monterroso.