La lengua española en la Union Europea

Sobre la importancia política de la lengua en un país y la necesidad del gobierno actual de proseguir la promoción y respeto del español como vínculo entre naciones y pueblos.

Una palabra sobre la historia de nuestro siglo

El autor hace referencia a la tarea del historiador Gonzalo Redondo que consiste en "la búsqueda de la inteligencia cultural y política de una sociedad en su raíz" .

Hondo y digno, Alfonso Albalá

Enrique Andrés Ruiz comenta la reciente edición de Poesía Completa, de Alfonso Albalá (Ayuntamiento de Coria, Colección Temas Caurienses, 1998).

Carlos Marzal, la larga noche del alma

Nos habla de Carlos Marzal, el poeta valenciano y a su publicación de "Los países nocturnos" que constituye uno de los hitos fundamentales de la poesía española.

Tres microcuentos

Se hace referencia a tres cortos relatos de Pablo Echart: "Abuela", "Tirantes" y "Metamicroliteratura".

El gran salto hacia delante

Conversación con Amando de Miguel sobre los cambios de la sociedad española en estos últimos 25 años.

El antagonismo democratico

La perspectiva racionalista en la que se han movido Rawls, Larmore o Habermas, entre otros autores, está siendo últimamente criticada desde la izquierda. Se vuelve sobre la particularidad, que venía siendo un argumento más bien conservador, sobre el papel fundamental de las pasiones en la discusión política y sobre la conveniencia de la discrepancia para la salud del sistema democrático. De ello tratan los tres libros a los que Daniel Innerarity se refiere en estas líneas: Chantal Mouffe, El retorno de lo político. Comunidad, ciudadanía, pluralismo, democracia radical (Barcelona 1999); Martha C. Nussbaum (y otros), Los límites del patriotismo. Identidad, pertenencia y «ciudadanía mundial» (Barcelona 1999) y Richard Rorty, Forjar nuestro país (Barcelona 2000), los tres editados por Paidós.

Los diccionarios de citas

Sabido es que por una misteriosa ley de origen desconocido (¿chanza divina? ¿asechanza diabólica? ¿ley aberrante de probabilidades?) siempre que uno tiene sus libros repartidos entre varios lugares y busca uno, ese libro está indefectiblemente en otro sitio. Tan sólo conozco una aparente excepción a la regla y es la de cierto potentado madrileño de quien se rumorea que cada vez que compra un libro lo hace por triplicado: un ejemplar para su casa, otro para su despacho y otro para su casa de campo. Sin embargo —y aquí habla la envidia— esa solución plutocrática no servirá más que para las bibliotecas de nuevo cuño. En cuanto intente uno duplicar una biblioteca vieja se topará con la dificultad de que muchos de sus libros están agotados.Así es que mejor resignarse a la condición huidiza y evanescente de la obra ansiada. O comprarse un buen diccionario de citas y, de ése sí, cuantos ejemplares hagan falta. ¿Oigo el ruido de vestiduras rasgadas? Pues serán de quienes no se han parado a pensar seriamente en los diccionarios de citas y en para qué sirven, serán de intelectuales hipócritas que creen poco elegante comprobar una cita en un diccionario en lugar de releerse entera una biblioteca (y como esto último no lo hacen, siempre citan mal) o serán de quienes no disfrutan hojeando un libro variopinto por puro gusto.Y es que los diccionarios de citas bien hechos, como el de Wenceslao Castañares y José Luis González Quirós (editorial Noesis), sirven para tres cosas muy distintas. En primer lugar, para verificar la autoría o la redacción exacta de unas palabras que se recuerdan de forma imprecisa. Como el recuerdo inexacto es una de las fuentes de la discordia —la otra otra es la del recuerdo exacto, sobre todo de agravios, pero eso es en otras lides— conviene mucho tener a mano los argumentos de autoridad allí donde suelen empezar estas disputas cultas, para dirimirlas antes de que se enconen. Mi amigo Patrick Leigh Fermor, que vive en el Peloponeso, tiene todos sus libros de consulta en el comedor. Se conoce que con tanto raki las sobremesas se vuelven polémicas y quisquillosa la erudición.—No te sulfures, que ya Séneca advertía que la ira es una locura momentánea.—¡Falso! ¡Lo dijo Cicerón!La discusión, además de fútil, podría ser eterna. O durar un minuto, el tiempo de buscar la palabra ira en este diccionario y encontrar la remisión a Horacio, con la frase Ira furor brevis est.La segunda función del diccionario de citas es servir de antología. Y no sólo de antología didáctica, de crestomatía, sino de selección placentera de aforismos, trozos de poemas y frases más o menos históricas. Para cumplir con esta función de libro de mesilla de noche, es menester que el diccionario contenga una mezcla juiciosa de citas conocidas por el común de los lectores y de citas que nos resulten novedosas, que estén ahí por puro capricho soberano del recopilador y que hagan pensar al lector «no conocía yo esto, qué hermoso...

España ya no es diferente

Veinticinco años de vivencias son tan sólo una gota de agua en el océano de la Historia. Sin embargo, nuestro país ha experimentado en estas últimas décadas cambios políticos, económicos y militares de tal embergadura que la España de 1975 apenas podría reconocerse en los periódicos de hoy. Tras perder el lastre de la dictadura y ganar terreno en la incorporación a la Unión Europea, Miguel Platón radiografía el perfil de una nación moderna que ha dejado de ser diferente. Para ello, el autor se apoya en los estudios de Carlos Seco Serrano, Juan Velarde Fuertes y José María Marco.

Fascinación a la carta, moda y posmodernidad

La moda no es un tema frivolo apto sólo para tertulias sobre nuevas tendencias, sino un fenómeno sociológico, antropológico y estético profundamente humano. Una verdadera revolución de la cultura posmoderna, sostiene Montserrat Herrero.

Oblómov, diagnostico de una patologia estamental

Fue Dostoievski quien acuñó la expresión «literatura de terratenientes» para referirse a un fenómeno de creación específicamente ruso. Se trataba de una familia de héroes surgidos de la imaginación de Pushkin y desarrollados luego por Lérmontov, Gógol, Turguénev y Tolstói, entre otros. Sus personajes no eran quimeras; no obstante su idealidad, los héroes de la primera hora literaria rusa encarnaban rasgos característicos de la clase de la aristocracia. Era la misma nobleza que había auxiliado al Zar en la administración del Imperio, que poseía tierras y siervos, que se había educado en Europa y que permanecía fundamentalmente ociosa: cazaba o escribía relatos. A la altura de 1866, cuando Dostoyevski se disponía a publicar Crimen y castigo, era imperioso que la literatura se abriese a preocupaciones vitales de otras clases, acaso todavía emergentes, pero de las que dependía críticamente el futuro del país euroasiático. Raskólnikov era estudiante, su hermana daba clases privadas y el íntimo amigo de los dos soñaba con editar una revista. Sonia era la hija de un funcionario de ínfima categoría y representaba a la clase popular tanto como aquel inocente gogoliano que adquirió un gabán y enloqueció. La literatura tenía que abordar también la mente y las aspiraciones políticas de un nuevo tipo de individuo, nacido en Europa pero criado en Rusia: el socialista. Y llevar asimismo hasta el extremo las íntimas conexiones entre ociosidad terrateniente, depravación sexual y crueldad que, como extrañas virtudes, adornaban el carácter de terratenientes de viejo cuño, como lo era el padre de los Karamázov. Hito fundamental en esa historia novelada de la clase terrateniente del XIX ruso es la obra de Goncharov, Oblómov (1959), que Ágata Orzeszek comenta en este ensayo.

Enrique Andres Ruiz, la fe en la palabra

Sobre la poesía de Enrique Andrés Ruiz.

Paradigmas literarios de la educacion humanistica, una traicion viva

En pleno debate sobre la reforma de ley española de Humanidades, Wilna A. J. Meijer nos recuerda cuál ha sido el papel de la educación liberal en la constitución de la ciudadanía norteamericana.

La historia europea de España

Vives, favoreciendo el giro inevitable hacia la regionalización de la historia española. Una historia europea de España que contribuya a la construcción de una Historia europea de Europa (según el título pionero de Charles-Olivier Carbonell), diferente de cualquier historia española, francesa o alemana de Europa; desde el empeño, tan necesario como difícil, de superar los nacionalismos historiográficos o la simple comodidad de mirar desde el lugar donde uno se halla. La nueva visión permitirá, desde luego, una relectura del mito de España. Juan María Sanchez Prieto comenta las recientes obras de Juan Pablo Fusi, Vicente Cacho o Tom Burns Marañón que, entre otras, ofrecen guías sugerentes para una tarea que se antoja larga y laboriosa. 

El bucle melancólico en perspectiva

En los minutos previos a su entrada en el quirófano, Fernando Inciarte me habló de este artículo que ahora aparece en NUEVA REVISTA, y que -dada su grave situación clínica- tanto él como yo intuíamos que podría ser el último de los cientos que habia publicado a lo largo de una larga y fecunda vida intelectual. Quien no le haya conocido, o al menos quien no se haya encontrado con alguien que ejerce apasionadamente su vida filosófica, podrá pensar que es extemporáneo gastar los últimos momentos de la vida terrena en hacer una precisión aparentemente mínima sobre un trabajo intelectual. En cambio, a algunos de los presentes en la sala de urgencias de la Clínica Universitaria de Navarra, nos pareció natural que Inciarte demostrara una vez más, ya con un pie en el estribo, que la filosofía no le interesaba como algo acerca de lo que se habla, sino como algo que se vive y de lo que se vive. Y tampoco nos extrañó que no lo hiciera de manera patética, sino con una sonrisa ligeramente irónica en los labios, momentos después de haber reafirmado, también con sencilla normalidad, la solidez de su fe cristiana.

Su última voluntad, porque no fue otra cosa, era la de mencionar en este artículo, la aparición del último libro de Jon Juaristi, El bosque originario (Taurus, Madrid, 2000), sobre el que había iniciado una breve reflexión complementaria, que quedó inconclusa en su ordenador. Su penúltima observación, por cierto, se había referido a una tesis doctoral sobre el cálculo infinitesimal en Hegel, que había terminado de revisar la mañana de ese mismo 9 de junio en el que falleció.

El hecho de que en estas dos indicaciones finales Femando Inciarte hablara, sin solución de continuidad, de un tema que roza la actualidad palpitante y de otro que parece la quintaesencia de la acribia histórica no denuncia escisión alguna en sus intereses y compromisos filosóficos. Era intelectual de una pieza, con una amplitud humanista llena de matices y coherencia inesperada. Como este mismo artículo muestra, abordaba problemas culturales y políticos candentes con la serenidad y la hondura de aquellos para quienes el pensamiento filosófico y el mundo del arte son aún más real es que las incidencias y variaciones de las coyunturas sociales.

En sus tratamientos del problema vasco se daban cita, además, la pulsión de su origen donostiarra y su interés creciente por las implicaciones entre nacionalismo y psicoanálisis, tema del que acababa de hablar minutos antes de que le sorprendiera un accidente vascular ante un grupo de estudiantes de Doctorado de la Universidad de Navarra, en la que era Profesor Extraordinario. La figura del esloveno Slavoj Zizek había centrado buena parte de sus reflexiones, aunque sus últimas palabras en el aula -otra vez la síntesis paradójica- habían estado dedicadas al viejo Aristóteles, del que era un especialista internacionalmente reconocido.

El horizonte filosófico de quien fue Decano en las Facultades de Filosofía de las Universidades de Friburgo, de Brisgovia y de Münster, se extiende desde la filosofía clásica y medieval hasta la posmodernidad y el deconstruccionismo, pasando por un conocimiento incomparable del idealismo trascendental. Pensador de gran finura y penetración, dialogó con los mejores filósofos de su tiempo, entre los que cabe señalar a Heidegger, Blumemberg, Anscombe, Spaemann, Putnam, Dummett, Pieper o Kaulbach. Era una persona de extraordinaria calidad humana, hombre de diálogo, apasionadamente abierto a todo los planteamientos y actitudes donde encontrara un adarme de lucidez, una chispa de verdad. Tras él queda un grupo internacional de discípulos unidos a su pensamiento por vínculos más fuertes que los de la erudición, quienes ahora se disponen a dar a conocer la rica y originalísima obra inédita que deja como legado a los españoles del siglo que termina. Una excelente y dolorosa noticia.

Dialéctica liberal

Reseña del libro "A pesar del Gobierno" de Carlos Rodríguez Braun, es una colección de artículos publicados entre 1988-1999, todos son respuestas a opiniones de personajes políticos o públicos.

7 razones para seguir leyendo

Pedro de Miguel critica las obras de Marsé Silva, de Lope , Vila Matas, de Prada, Ayesta y Miñana, recientemente publicadas.

Lasso de la Vega, la novela de la poesia

Reseña de la vida y obra de Lasso de la Vega, poesía.

Anna

Friedrich Hebbel (1813-1863) es uno de los más conspicuos representantes de lo que en la periodización habitual de la literatura alemana se ha dado en llamar realismo burgués, cuyo nombre más conocido quizá sea el de Theodor Fontane. Predominantemente dramaturgo, su vida estuvo vinculada al Burgtheater de Viena, con una de cuyas actrices, Christine Enghaus, contrajo matrimonio en 1846. Hebbel es autor de una obra escénica marcada por una visión del mundo radicalmente trágica y por una clara preponderancia del papel de la mujer como exponente, la mayoría de las veces en tanto que víctima, de esa concepción trágica. Obras como Judith (1843), María Magdalena (1844) o Agnes Bernauer (1852) dejan clara esta percepción, con un enfoque marcadamente social e incluso político en cuanto a sus causas.

El relato ofrecido a continuación, Anna, es un denso ejemplo de lo que acabamos de decir. En medio de un ambiente asfixiante, tocado por la sordidez, una mujer es víctima de una tragedia en la que la sociedad y el destino parecen aliarse contra la justicia.

Renacentistas

Late con fuerza el espíritu humano. Viene de lejos, vuela alto. Un torrente de creatividad, de innovación, de imaginación aplicada retumba y cala sobre la superficie de la Sociedad. Este nuevo soplo del espíritu humano nos reintroduce en nuestros sueños. Apoyados en este darwinismo tecnológico «que mezcla tan bien» y que está produciendo relevantes e impredecibles cambios sociales de gran profundidad, no se invalidan, sin embargo, las grandes cuestiones.No hay dudas sobre transformaciones exponenciales, hechos irrefutables, retos calculables, problemas sobrevenidos, o desafíos impensables; se trata de distintas manifestaciones o de plurales respuestas, en su caso, a la explosión de la técnica y al carácter multidisciplinar que encierra, per se, esta revolución tecnológica basada en la convergencia de las telecomunicaciones y la informática.El consenso político hacia un imparable proceso de liberalización —mundialización de mercados— encuentra un aliado formidable en la evolución y convergencia tecnológica, al aumentar no sólo la velocidad y la calidad de la información necesaria para transaccionar, sino por el propio incremento de la eficiencia, de la productividad que en la producción de bienes y servicios posibilita la aplicación, en los procesos productivos, de las innovaciones tecnológicas.Menores costes, mejores precios, mercados universales, más demanda, más competitividad, necesidad de jugadores globales, aptos para dar servicio en cualquier lugar del mundo.Olvidémonos, sin embargo, por un momento del discurso tecnológico y centrémonos en las consecuencias que nos interesan mucho. Globalización económica y fragmentación social son el contrapunto abrupto (como el día y la noche) del Nuevo Tiempo.Es paradójico pensar que nunca estuvimos los seres humanos tan cerca —por la conectividad que ofrece la tecnología— y, sin embargo, cunde la sensación, como en las embarcaciones que imperceptiblemente arrastra la corriente de un río, de que nos vamos alejando de los otros, de los demás, de aquellos que quizá albergaban la esperanza de que les ayudáramos a cruzar hasta la orilla.Este mundo ancho y ajeno, veloz e impávido, circunstancial y casuístico tiene víctimas, víctimas desprovistas de color, de etiquetas y de cargos. Víctimas y cunetas. Es la vida desatenta.El espíritu humano y la luz y la esperanza que emanan de él, deberán descollar por encima de los interrogantes que, sobre la condición humana, plantea el incesante y en origen neutral, progreso técnico sobre todo cuanto éste influye sobre los distintos campos de la actividad humana, y nos puede llevar a disquisiciones morales y éticas de primera magnitud, como ignorar el dilema de recurrir a la emigración, sólo como una necesidad, dado el pertinaz envejecimiento de las sociedades más desarrolladas, y no por la oportunidad de ofrecer a miles de seres humanos una vida digna y libre para él y sus familias.Por qué no hablar de los avances de la genética, a los cuales no debemos renunciar, porque nunca se debe volver la cara al progreso, pero que en determinadas fases nos plantearán evidentes encrucijadas éticas; o cómo negar los derechos de la infancia en ese mundo con problemas de sobreexplotación, desde todos los ámbitos, pero en cuyo origen está el satisfacer demandas no...