Ernesto Tarragón-Cros. Psicólogo. Doctor por la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia e investigador principal del grupo Psicobiología Fundamental y Aplicada en la Universidad Internacional de La Rioja.
Gemma Mestre-Bach. Psicóloga. Doctora por la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona e investigadora principal del Grupo de Investigación de Adicciones Comportamentales (GIAC) de la Universidad Internacional de La Rioja.
Giulia Testa. Doctora en Psicología e investigadora del Grupo de Investigación de Adicciones Comportamentales (GIAC) de la Universidad Internacional de La Rioja.
Avance
El trastorno de juego entre los adolescentes europeos afecta aproximadamente al 1,4 por ciento de los jóvenes de 15 a 16 años y es un problema de salud pública cada vez mayor. Este comportamiento suele estar relacionado con otros factores de riesgo, como el abuso de sustancias y los problemas de salud mental, y presenta notables diferencias de género. Mientras que los hombres tienden a participar en juegos de azar estratégicos por la emoción del juego, la competitividad o el beneficio económico, las mujeres suelen preferir los juegos de azar como medio de socialización o estrategia de afrontamiento al estrés. Además, las mujeres, a pesar de jugar con menos frecuencia, tienden a progresar más rápidamente a problemas graves de juego con mayores impactos sociales y psicológicos.
En este estudio se analizaron los comportamientos de juego de casi 97.000 adolescentes en 35 países europeos utilizando técnicas de machine learning. Los algoritmos de Bosque aleatorio identificaron el género como el principal predictor del juego problemático en adolescentes, seguido de factores como el consumo de alcohol y la frecuencia de juego. Entre los chicos, las salidas nocturnas y el tabaquismo fueron predictores significativos, mientras que, en las chicas, la frecuencia de juego y el consumo de alcohol fueron los factores clave. Los resultados destacan la necesidad de adoptar medidas preventivas específicas para cada género, aprovechando el aprendizaje automático para identificar a los adolescentes en riesgo y desarrollar programas de intervención personalizados. La aplicación de técnicas avanzadas de aprendizaje automático ofrece una vía prometedora para la detección temprana y la prevención dirigida, lo que podría transformar los esfuerzos de salud pública para abordar este problema urgente.
Artículo
Existe una elevada preocupación por la creciente prevalencia de trastornos mentales entre los adolescentes de todo el mundo, especialmente en las naciones occidentales, desde el cambio de milenio. Si bien numerosos informes se han centrado en los trastornos por consumo de sustancias, los trastornos de la conducta alimentaria y los trastornos de ansiedad/estrés postraumático como algunos de los problemas más comunes, existe información limitada sobre el juego problemático entre los adolescentes europeos y las diferencias de género existentes en esta condición clínica.
El juego problemático se está convirtiendo en un asunto cada vez más preocupante que afecta a los adolescentes en Europa. En concreto, los estudios revelan que aproximadamente el 1,4 por ciento de los jóvenes de 15 a 16 años en Europa cumplen los criterios de juego problemático, lo que lo convierte en un problema de salud pública urgente. Más aún al atender a la relación que diversos estudios encuentran entre el juego problemático y otras conductas de riesgo, como el abuso de sustancias, problemas de salud mental y el funcionamiento social adaptativo.
Juego y género
Históricamente, los hombres han mostrado tasas más elevadas de juego problemático y trastorno del juego. Sin embargo, evidencias recientes sugieren que la brecha entre la prevalencia del juego entre hombres y mujeres puede estar reduciéndose. A pesar de esta tendencia, hombres y mujeres aún muestran diferencias notables en sus preferencias motivacionales hacia el juego. Por ejemplo, los hombres son más propensos a participar en juegos estratégicos que requieren el dominio de ciertas habilidades, como el póquer, mientras que las mujeres se inclinan por los juegos basados en el azar, como el bingo o las máquinas tragaperras. Las razones para llevar a cabo la conducta de juego también varían entre hombres y mujeres. Los estudios indican que los hombres citan la emoción, la competencia y los objetivos financieros como principales motivos para apostar. Por su parte, las mujeres parecen recurrir al juego como una forma de socializar o regular emociones negativas intensas.
El género también juega un papel en la progresión y la gravedad de los trastornos del juego. Las investigaciones indican que las mujeres, a pesar de jugar con menos frecuencia que los hombres, tienden a experimentar una progresión más rápida hacia problemas graves de juego, con un mayor impacto social y psicológico. Esto es lo que se conoce como el «efecto telescopio». Sin embargo, es necesario acercarse a estos hallazgos con prudencia, ya que la investigación en este campo sigue siendo limitada. De modo que uno de los objetivos centrales de la investigación en juego problemático debería centrarse en herramientas que permitan abordar la detección del juego problemático de manera preventiva.
Reconocer los factores que impulsan las conductas de juego e identificar a las personas en riesgo es esencial para prevenir y abordar este problema de forma temprana. Y parece claro que el género se destaca como uno de estos factores entre los adolescentes europeos.
La aplicación del aprendizaje automático
Los recientes avances en el aprendizaje automático (machine learning, ML) ofrecen nuevas herramientas para abordar las complejidades del juego problemático en menores. A partir de estos avances, es posible aplicar técnicas de ML para analizar los comportamientos de juego de los adolescentes en toda Europa. Por ello, nuestro estudio pretendió explorar diferencias de género en factores asociados a la frecuencia de juego en adolescentes de diversos países europeos utilizando varias técnicas de aprendizaje automático ML.
Para ello se analizaron las conductas de juego de adolescentes en 35 países europeos utilizando datos del Proyecto de Encuesta Escolar Europea sobre Alcohol y Otras Drogas (ESPAD). Este conjunto de datos incluyó a casi 97.000 adolescentes, con una distribución similar por género. Los participantes fueron clasificados en función de la frecuencia con la que jugaron en el último año, desde no jugar hasta jugar varias veces por semana.
Para identificar los factores que influyen en las conductas de juego y las diferencias de género, el estudio empleó algoritmos de bosque aleatorio (RF), un tipo de algoritmo especialmente sensible en la clasificación de categorías. El RF se utilizó para clasificar a los adolescentes en categorías de frecuencia de juego con el fin de determinar las variables más asociadas con estas clasificaciones.
El primer análisis mostró que los principales predictores de la frecuencia de juego incluyeron el género y el consumo de alcohol en fiestas. El segundo análisis se centró únicamente en los individuos que habían jugado al menos una vez en el último año. De nuevo, el género surgió como el principal predictor de juego problemático, seguido de la frecuencia. Por último, el tercer análisis agrupó a los individuos por frecuencia de juego (menos de una vez al mes o dos o más veces al mes). Una vez más, el género destacó como el principal factor predictor.
El estudio también examinó las diferencias de género en el comportamiento de juego. En los hombres, los predictores más significativos incluyeron la frecuencia de fumar cigarrillos, las salidas sociales nocturnas y las percepciones de juego excesivo. Para las mujeres destacó la frecuencia de juego y la frecuencia de consumo de alcohol.
Algunas conclusiones
Los resultados de este estudio muestran que el género masculino está fuertemente asociado con una mayor frecuencia de juego, resultado consistente con investigaciones anteriores. Los estudios muestran que los adolescentes tienen más probabilidades de participar en conductas de riesgo, posiblemente avivadas por las normas sociales que promueven un ideal masculino. Además, los anuncios de juegos de azar, a menudo dirigidos al público masculino, pueden alentar a los menores, más que a las menores, a jugar con mayor frecuencia. Pero no solo. Otros predictores mostraron también diferencias significativas de género. Para las mujeres, la frecuencia de juego pareció desempeñar un papel más importante, mientras que, para los hombres, salir por las noches (a menudo vinculado a la impulsividad y las conductas sociales), fue más predictivo que la frecuencia de juego.
Estos hallazgos subrayan la importancia de los enfoques específicos de género para comprender las conductas de juego de los adolescentes. Comprender los factores asociados con la frecuencia de juego en adolescentes tiene dos implicaciones clínicas importantes. En primer lugar, podría ayudar a la identificación temprana de posibles jugadores problemáticos, lo que permitiría el desarrollo de herramientas de detección específicas. En segundo lugar, reconocer las diferencias basadas en el género en los factores relacionados con el juego podría conducir a programas de prevención más personalizados que aborden las necesidades específicas en adolescentes de ambos géneros. En este sentido, el estudio destaca cómo el consumo de alcohol, el tabaquismo y los hábitos de juego son factores que varían en su influencia sobre la frecuencia de juego en función del género, lo que ofrece información valiosa para estrategias de prevención específicas.
La aplicación de técnicas avanzadas de ML podría ser útil en este aspecto, dada la eficacia que muestra en esta y otras conductas problemáticas. Al adoptar este enfoque innovador, podrían mejorarse los esfuerzos de salud pública para abordar el juego entre los adolescentes. Nuestros hallazgos podrían allanar el camino para herramientas de detección temprana y estrategias de prevención específicas, protegiendo a los jóvenes vulnerables de los efectos adversos del juego problemático.
La foto que ilustra este artículo la firma Chris Liverani y forma parte del repositorio de Unsplash. Se puede consultar aquí.