Yascha Mounk: «La trampa identitaria»
El activismo identitario se nutre del posmodernismo, el poscolonialismo y la teoría crítica de la raza, y aunque obedece a ciertas causas nobles, supone un ataque a los principios de la democracia, sostiene Mounk.
El «wokismo» ¿es un totalitarismo?
El ensayo de Nathalie Heinich, reseñado por Laura Freixas, ofrece un vívido retrato de los estragos que el «wokismo», y su inseparable cultura de la cancelación, están causando en el ámbito intelectual y político en los países occidentales.
La religión «woke» y la élite excedentaria del capitalismo
El «wokismo» es un sucedáneo de fe para quienes no soportan vivir sin la esperanza de salvación universal y, a la vez, una vía para que una parte excedentaria de la élite se procure una posición de poder en la sociedad, opina John Gray.
El tercer despertar: la ola «woke»
Lo «woke», según este ensayo, se ampara en el «poder administrativo, discursivo y estatal para diseñar la igualdad de oportunidades entre los grupos identitarios históricamente desfavorecidos».
Ford echa el freno a sus programas de diversidad ante la presión conservadora
La firma automovilística es la última de una serie de grandes corporaciones (como Harley-Davidson o Jack Daniel’s) que se ha desmarcado de la agenda de diversidad, equidad e inclusión. Por razones ideológicas, pero también económicas. Lo prioritario es el negocio.
Susan Neiman: «Izquierda no es woke»
Neiman desarrolla que el movimiento «woke» ha abandonado tres principios de la izquierda: el compromiso con el universalismo, la distinción clara entre justicia y poder y la posibilidad del progreso.
Las raíces filosóficas del movimiento woke
La filosofía «woke», según Robert Barron, es una popularización de la teoría crítica. Uno de los principales rasgos del posmodernismo y de la teoría crítica es, en opinión de Barron, su profundo escepticismo hacia cualquier aspiración a la verdad, salvo la suya propia.
Cultura woke: El clamor de las víctimas
A las minorías, de sexo, género, raza, que han sufrido estigmatización social no les faltan razones para reclamar justicia, como señalan José Antonio Marina y Mary Eberstadt. Esta última apunta en “Gritos primigenios”, que hay motivos estructurales; junto con otros de orden antropológico.
La cultura woke, pros y contras, en el último número de Nueva Revista
Nueva Revista se ocupa, en su último número, de la cultura “woke", con argumentos para el debate a favor y en contra, plasmados en ocho artículos. Completan esta edición otros trabajos publicados en los apartados «Debate sobre la racionalidad», «Influyentes de ayer y de hoy», «Educación del carácter» y «Lecturas recomendadas».
El gran despertar: qué es y por qué importa la revuelta ‘woke’
'Woke'. Cuesta encontrar una palabra con tan pocas letras que encienda tantas pasiones. Para unos, el término evoca igualdad, justicia, lucha contra el racismo. Para otros, no es más que la enésima reformulación del viejo y divisivo eslogan «lo personal es político». ¿Cuánto hay de cierto en estas posturas?
Raíces y referentes filosóficos de la cultura woke
Los mentores y activistas de la cultura woke recurren a categorías y estrategias del marxismo cultural de Gramsci, y al objetivo de transformar la sociedad propuesto por la Escuela de Fráncfort. Estas corrientes, y la French Theory de los filósofos posmodernistas, con su propuesta de deconstruir la realidad, han nutrido ideológicamente las políticas identitarias de la nueva izquierda.
Los logros del woke
"El logro de eso que llamamos woke es la impugnación total del sistema liberal", defiende el autor, doctor en Historia Contemporánea. Argumenta que el sistema, que se construyó sobre el paradigma liberal del daltonismo racial en la década de los sesenta, ha quedado totalmente roto gracias a este movimiento.
(Don’t) be woke, my friend: ¿defensa de las minorías o tiranía distópica?
El término 'woke' ha experimentado un considerable auge para aludir a un “estado de alerta” frente a las discriminaciones y prejuicios raciales, que se ha extendido a las cuestiones llamadas de género. El término es reivindicado por unos como signo de avance social, y denostado por otros, como una nueva tiranía.